Por Gabriel Torres
En el marco de una atmósfera colmada de pasividad e individualismo, poco proclive al florecimiento de iniciativas o emprendimientos de cualquier índole, en el año 2000 se realizaron en la Universidad Nacional del Nordeste las 1º Jornadas Estudiantiles de Filosofía. En sus nueve años de continua andadura, dichas Jornadas han colaborado en gran medida, y al menos en lo que refiere al ámbito de Filosofía, ha resistir con voluntad e ideas ese marasmo con vocación de repetición y memorismo que suele colarse en las Universidades.
Organizadas en su comienzo por Guillermo Vega y Javier Alegre, estudiantes con inquietudes transmitidas a través de la labor del profesor Eduardo Fracchia, las Jornadas Estudiantiles de Filosofía surgieron como un espacio concebido para a alentar y estimular el debate e intercambio de ideas, opiniones y experiencias entre alumnos; la formación en la investigación, dando lugar a temáticas y/o autores no siempre contemplados en los programas de las cátedras; en definitiva, priorizar la libre expresión de los estudiantes.
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Albergando siempre la opción de presentar trabajos de temática libre, desde su segunda edición -en el año 2001- las Jornadas cuentan con un tópico eje que a modo de hilo conductor intenta cohesionar los distintos enfoques y perspectivas vertidas en todo el encuentro, además de las surgidas en las actividades planeadas (charlas-debates, proyección de películas, etc.). Desde entonces, este espacio reforzó su apuesta por ejercitar una reflexión crítica al explorar las posibilidades de vincular el amplio bagaje de herramientas teóricas de esa disciplina de remoto origen –en tiempo y espacio- con conflictos y problemas próximos y cotidianos.
Las Jornadas aportaron su pequeña cuota para acrecentar el contacto y la comunicación entre estudiantes, incluso provenientes de distintos puntos del país, ya que desde su inicio se contó no solo con la participación de alumnos de la UNNE, sino también con colaboraciones de estudiantes de Universidades como Asunción, Buenos Aires, La Plata, y de Institutos Terciarios como el de I.F.D. “José M. Estrada” -de Corrientes- y el Instituto Terciario de la ciudad de Zárate -Provincia de Bs. Ar. En relación a esto, es válido agregar que, con impulso en parte recibido de estos intercambios, desde fines del 2005 se conformó la Comisión de Estudiantes de Filosofía, entidad surgida, en principio, como respuesta a las necesidades de afrontar a través de una organización colectiva los problemas más apremiantes que se presentan en el cursado de la carrera. Además de la discusión sobre los conflictos académicos que nos afectan como estudiantes de filosofía, y la planificación de los posibles modos de acción apropiados, la Comisión también es un espacio para desarrollar el conocimiento entre alumnos de los distintos niveles (es decir, el encuentro entre realidades diferentes de la misma carrera). Actualmente, esta Comisión lleva adelante la lucha por tres objetivos: garantizar adecuado acceso a material de estudio para estudiantes de Filosofía, conseguir el reconocimiento a nivel provincial del Título de grado correspondiente al nuevo Plan de Estudio, y la intervención activa en la toma de decisiones sobre la carrera.
La opción por defender y ejercitar la formación de un trabajo intelectual que tome conciencia y pueda nutrirse del devenir y actualidad de su contexto de desarrollo es también una estrategia para materializar el ideal de educación pública. Dicha forma de llevar a cabo el ejercicio de una disciplina que sufre de la común consideración de ser un saber saturadamente abstracto, enigmático y exclusivo para unos pocos, permite el encuentro entre conocimiento y comunidad al tratar de evidenciar los posibles puentes entre ese saber y los conflictos pasados y presentes, visibles y no visibles.
Esta postura se consolidó luego de la realización de las VI Jornadas, cuyo eje propuesto “Filosofía, Marginalidad y Protesta Social”, permitió la aproximación e interacción entre miembros de organizaciones y movimientos sociales locales –como piqueteros, desocupados y activistas de Derechos Humanos- y estudiantes de otras carreras además de Filosofía, como Letras, Ciencias de la Educación, Psicología. El atractivo especial con que contaron estas Jornadas fue la participación del reconocido investigador y docente Ruben Dri.
A mediados del 2004 esta apuesta se redobla por iniciativa de miembros de este mismo grupo con “Dibujarnos de Nuevo”, un intento por continuar tanto la práctica crítica de la filosofía como el canal de contacto entre los estudiantes, esta vez por medio gráfico. Pese a que su circulación esta limitada en gran parte al ámbito académico, la revista –realizada en conjunto con estudiantes y docentes- se concibe como un medio de expresión que aspira a proyectarse por fuera de lo estrictamente académico, desde los temas abordados como en el perfil de los lectores. Al cumplir sus tres años logró un crecimiento en tiradas, tamaño, equipo organizador y público, además de posibilitar el acceso a sus artículos vía internet (www.freewebs.com/dibujarnosdenuevo).
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